En los trabajos de vídeos de boda, siempre te enfrentas a nuevos clientes, pues este día es un evento irrepetible Pero siempre es una alegría el poder continuar de alguna forma la historia de una pareja, cuando vuelven a ti para confiar el vídeo de boda para uno de sus familiares.

Así pasó con un familiar de Víctor y Beatriz, que rápidamente me llamó al conocer que la pareja había puesto fecha a su gran día.

A esta satisfacción personal de la vuelta de un cliente satisfecho, se une una responsabilidad añadida que crea un nerviosismo extra, conseguir que Víctor y Beatriz, quedaran igual de contentos con su vídeo de boda.

Con este reto por delante, viajé a Jaén para grabar e inmortalizar una preciosa boda de tarde-noche.

La elegancia, el estilo y los sentimientos acompañaron a la pareja desde las casas de sus familias, donde se prepararon para el evento. Rodeados de su familia, la cual la hicieron partícipe de estos momentos tan especiales, donde siempre se respira un nerviosismo contenido de lo que pronto pasará.

La Capilla de San Andrés congregó familia y amigos que hicieron del momento muy emotivo, sobre todo con unas palabras personales hacia los novios.

Víctor y Beatriz estaban totalmente entregados a disfrutar de todos los momentos de su boda, incluidos los que ayudaría a conseguir unas bonitas imágenes de pareja, sobre todo en un lugar idílico, Cerropuerta.

A la tarde, desde el gran pinar sobre la montaña, con las vistas de la ciudad de Jaén ante todos y con el sol del atardecer llenándolo todo, cada plano era espectacular.

Al anochecer, la preciosa iluminación del lugar, ambientó la gran fiesta que comenzó desde el aperitivo hasta el final, acompañados con música en directo.

Una vez más me alegra mucho poder contribuir a que los momentos especiales cobren vida.