Seguro que Santiago y Ana se repitieron muchas veces eso de «contigo», tantas que ni una pandemia de por medio les alejó de la idea de estar juntos siempre.

Por ello, a pesar que como muchas parejas que tuvieron que aplazar su gran día, una mañana de abril se dieron el sí quiero con la ilusión del primer momento.

Al montar este vídeo, no pude evitar recodar la música que sonaba de fondo mientras Santiago y su familia se preparaban para el evento, así que caí en los brazos de la conocida canción a la voz del gran Calamaro.

Mirando por la ventana, y recordando que en Murcia casi no llueve, Santiago casi cruzaba los dedos por disfrutar de un día que acompañase y diese luz color a tan gran momento.

A pesar de estar rodeado de grandes familias, tanto Santiago como Ana, me hicieron sentir como uno más, siempre con una gran sonrisa en la cara, y un nerviosismo contenido. Así, la naturalidad llegó hasta el objetivo de mi cámara por sí sola, algo que siempre se nota en el resultado final de un vídeo de boda.

Acudimos a mediodía a la gran cita en la iglesia de San Francisco, donde familia y amigos arroparon a la pareja en su ceremonia, para después, disfrutar de una cuidada celebración en el precioso hotel, Hospes Palacio del Bailío de Córdoba, en el que nos rodeamos de la época romana junto a la elegancia de un ambiente cuidado al detalle.

Ana lucía sumamente elegante, y Santiago siempre cómplice, deslumbraban haciendo disfrutar a familia y amigos, que sin duda contribuyeron a que hubiera un ambiente festivo y alegre durante todo el día.

Espero y deseo que Santiago y Ana sigan disfrutando siempre de esa complicidad, que sigan llevando su sonrisa por bandera, y que se sigan diciendo, contigo.