Cuando tienes la oportunidad de hacer una sesión de pareja siempre me vienen sensaciones encontradas. Por una parte pienso en la ocasión que me brinda de trabajar con libertad y tranquilidad buscando la composición, la luz y la belleza en las imágenes, y por otro lado me aterra pensar que pueda ser repetitivo y aburrido haciendo siempre lo mismo pero con diferente decorado.
Sol y Jori disiparon mis dudas cuando surgió la oportunidad de acompañarlos a Escocia para grabar.
Todo se conjugó desde el principio para no tener escusas. De lo más importante fue tener al mejor compañero de trabajo y viaje, mi querido amigo Valentín Gámiz Fotógrafo, del cual aprendo en cada ocasión en que comparto trabajo o charla con él. También el tiempo se puso de nuestra parte, pues a pesar del frío y de que en Escocia suele llover todos los días, el sol lució para nosotros en estos días. Y quizá fue eso lo que me dio el empujón de inspiración que necesitaba para superar mi miedo a caer en los posados y paseos interminables.
El sol, el sol lucía radiante, pero me regalaba una luz maravillosa desde el amanecer hasta el final del día que me llevaban a perseguir su estela sin descanso y a la vez, me hacia pensar en los protagonistas de mi historia, Sol y Jori.
Como el astro que tanto necesitamos para la vida, el sentimiento más profundo creció en esta maravillosa pareja cuando Jori sintió su presencia, la de Sol.
Así que cual guionista de cine buscando una historia me topé con los ingredientes necesarios para dar vida en imágenes a un encuentro que acabaría en el mejor de los finales. Y aunque en la escuela nunca se me dio bien escribir me arrojé al abismo con algo de miedo arropado por la profunda voz de Jori y los maravillosos paisajes de Escocia.
Espero que el resultado de esta aventura sea siempre tan especial para Sol y Jori como lo fue para mi.
Con cariño, Jairo.