Por muchos vídeos de boda que haga, y a pesar de la experiencia de los años, siempre siento siento cierto nerviosismo en el estómago antes e incluso durante el gran día, pero en este caso, al menos para mí estaba justificado, porque de nuevo tenía la suerte de grabar con el corazón, pues mi hermano Rubén se casaba.

Rubén y Estefanía, prepararon una boda íntima, con los solo la familia muy cercana, que nos hizo disfrutar del tú a tú a todos los invitados.

El hotel Wellington en Madrid, nos reunió para una ceremonia y celebración.

Una ceremonia íntima, cercana, y palabras hacia la pareja que hicieron saltar las lágrimas y también alguna risa, y que tras el ansiado sí quiero, culminó con la gran sorpresa, el resultado de la suma de 1+1 , en este caso daba 3, con lo que la alegría fue aún mayor para todos.

La celebración estuvo a la altura del lugar que nos acogía, que ese día lucía con mayor esplendor gracias a dos guapos e ilusionados, Rubén y Estefanía.

Si mi profesión ha servido para perpetuar momentos irrepetibles vale la pena el esfuerzo.

Mi hermano Rubén sabe que lo quiero, y espero que este vídeo también se lo recuerde siempre.

Os deseo lo mejor.